¡Oh sole mio!
Venecia la ciudad de los enamorados, con sus románticos paseos en góndola a través de los canales, mientras el gondolero ameniza con canciones de amor.
Fragmento de Después del amor
Sólo una voz me arrebata
este armazón espinoso
de vello retrocedido
y erizado que me pongo.
Los secos vientos no pueden
secar los mares jugosos.
Y el corazón permanece
fresco en su cárcel de agosto
porque esa voz es el arma
más tierna de los arroyos:
«Miguel: me acuerdo de ti
después del sol y del polvo,
antes de la misma luna,
tumba de un sueño amoroso».
Amor: aleja mi ser
de sus primeros escombros,
y edificándome, dicta
una verdad como un soplo.
Después del amor, la tierra.
Después de la tierra, todo.
Comentarios
Tus fotos estupendas Antonio.
Un beso