DIGITALIA

No me he podido resistir a hacer una última entrada cronológica para mostrar la evolución del desarrollo de los polluelos.  Son todas fotografías nuevas y entre una y otra hay un periodo de tiempo de dos días. Desde el día 8 de junio en que previsiblemente nacieron hasta el día 22 en que abandonaron el nido.

Ayer hacía14 días que habían eclosionado y se les veía ya maduritos. Estaban cada día más atrevidos y se paseaban por el borde el nido. Desde por la mañana se les veía más inquietos.  Agitando y peinándose las alas y piando cada vez más fuerte.  Y por la tarde se les acabó la paciencia y volaron. --> Volaron pero no se fueron, se refugiaron entre los alcorques del jardín. La mirla los localizó y armaba una buena escandalera cada vez que nos acercábamos a sus polluelos. Esperemos que hasta que terminen de ponerse fuertes no tengan algún encuentro desagradable. Yo les reservo el nido por si quieren volver la próxima primavera. Este video es de mala calidad, lo tomé a pulso con el teleobjetivo. Lo tomé poco antes de que abandonaran el video. En el se ve como se preparan las alas. 

Poco a poco van creciendo.   La mala noticia es que solo quedan dos.  La buena es que eso le va a permitir mejor a la madre sacar adelante a los dos más fuertes.  No paran, siempre están dispuestos a comer.  Esperando la vuelta de la mirla con más comida.  Y bien que lo aprovechan.  Los dos que quedan ocupan ya todo el nido.  Y casi cubiertos de plumaje. 

La madre naturaleza es inflexible y solo selecciona a los más fuertes.  Solo quedan tres y ya van cambiando el original plumón por las plumas, sobre todo en las alas.  Cada día están más activos.  Continuará...

Ya empiezan a abrir un poco los ojos y sobre todo las bocas.  Quieren comer y la mirla no para de ir y venir en su búsqueda de gusanos para sus polluelos.

La naturaleza se impuso y hubo eclosión.  Cuatro polluelos de mirlo desplumados y con los ojos cerrados.  Continuará....

Esta primavera una pareja de mirlos ha ocupado una maceta de mi patio y han construido su nido. Son inteligentes, han elegido una maceta bajo el porche resguardada de la lluvia y el sol.  El macho, muy machista él, se ha largado en cuanto ha cumplido su función de procrear.  Ahora la hembra se dedica sola a incubar los huevos y alimentarse.  Este es el resultado de momento.  Cuatro lindos huevos azules moteados que en pocos días eclosionarán. Continuará,... Esperemos que felizmente.

La luz de la ventana se proyecta sobre la pared formando una curiosa sombra aprovechada para hacer este triptico duotono.