Tras la ventana
Silencio de metal triste y sonoro,
espadas congregando con amores
en el final de huesos destructores
de la región volcánica del toro.
Una humedad de femenino oro
que olió puso en su sangre resplandores,
y refugió un bramido entre las flores
como un huracanado y vasto lloro.
Comentarios
Besos Antonio y mañana ¡A la calle!
Más que nunca!
Un beso.