Estaba preparando la fotografía de este rincón del castillo de Stirling. Y de repente ¡Surprise!, apareció él y dio color a la fotografía. No sé quien se llevó mayor sorpresa.
Estas dos fotografias me pudieron costar muy caro. Aunque, por suerte, todo se quedó en un buen susto y una protusión cervical. No arriesguéis por una fotografía, no merece la pena. Rogiefalls